viernes, 18 de mayo de 2012



para Eli y sus alumnos (gracias por inspirar mi semana)


La gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía” Hechos 8:6

Felipe (2008) Y aquí estamos, un nuevo nombre, una nueva historia, una nueva lección. Felipe no tiene la presencia del apóstol Pablo, el carisma de Pedro ni la complejidad de Juan.

Felipe esuno de nosotros. El hombre común que ocupa pocos versículos en la Biblia. Felipe es uno más. Sólo eso. Un nombre conocido, inspirador, pero no es uno de los grandes paladines del relato bíblico. Motivo por el cual me pareció interesante pensar en Felipe, porque su historia responde a la más básica de las preguntas misioneras: “¿Y yo? ¿Qué tengo para ofrecer?

La historia más conocida de Felipe está registrada en Hechos 8:26-40.

La primera frase es:Un ángel del Señor habló a Felipe…”

Y aquí nos detenemos. Imagino tu rostro al leer esa frase. Sólo esa frase ya coloca a Felipe en el pedestal de los personajes míticos y distantes.

Seguro pensamos: “Felipe no tiene nada que ver con nosotros, porque los ángeles no nos hablan.

Pero, ¿cómo saber qué tipo de ángel se manifestó a Felipe? ¿Y cómo saber qué tipo de ángeles te buscan cada día? Esa sensación fuerte de que debemos cambiar el camino al trabajo y al hacerlo encontramos un viejo amigo que necesita ayuda… ¿acaso ésa sensación no es un ángel susurrándonos la voluntad de Dios al oído?

Punto crucial para entender cómo Dios trabaja: Él nos habla de manera sutil. Y es importante aprender a escuchar a Dios en el silbo apacible.

Dios utilizará sensaciones, pensamientos, impulsos, la voz de nuestros hijos, la casualidad... Dios tal vez use métodos poco ortodoxos o ridículos. Pero el mensajero atento sabrá reconocer al ángel del Señor hablándole.

Sutileza. Primera lección sobre elknow howde Dios.

El ángel del Señor continúa presentándose delante de miles de anónimos seres sin brillo. O sea, en este momento Dios está colocando en tu corazón alguna sensación, algún pensamiento, algún loco impulso que te permitirá ser parte de un milagro magnífico: el milagro de una persona que se encuentra con Dios y aprende a reconocerlo como salvador.

Y ahora, la segunda palabra clave en la experiencia de un hombre común convertido en brillante mensajero: “...y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el eunuco no lo vio más; y siguió gozoso su camino” Hechos 8:38,39

El versículo? Prácticamente el últimos del capítulo 8 de Hechos. Versículo 39.

La frase clave “…y siguió gozoso su camino.

Pensaron que me concentraría en el bautismo sin protocolos del etíope o la aplicación teológica del texto de Isaías o el desafío de la diversidad cultura en el trabajo evangelístico, pero no. La frase que me conmovió es esta, tan simple “…y siguió gozoso su camino.

Dios nos habla de manera sutil, nosotros respondemos y alguien, conocido o ilustre desconocido, sigue con su vida, pero ahora con gozo, feliz, tranquilo, en paz.

El bautismo o el convencimiento teológico no siempre serán el objetivo por el cual Dios colocará gente en nuestro camino. A veces es tan simple como una oración, como un abrazo sincero, un elogio, esa sonrisa tranquilizadora cuando encontramos a alguien triste o esa frase que puede hacer milagros en una persona estresada:¿Querés que te ayude?.

Dejar a la gente feliz ¿Así de simple es la tarea del mensajero a veces? Sí, así de simple

Dejar a la gente más feliz.

Dios creó al ser humano para ser feliz. Esta es una verdad básica y sin embargo la olvidamos con facilidad. Nos ahogamos en un mar teológico y dejamos de ver al Dios de pies callosos y manos de carpintero que alimentaba a gente con hambre.

La gente que se encuentra con Dios recibe un don primordial: felicidad. Así de simple.

Por eso hoy reflexiono sobre esta cosa maravillosa llamada providencia. Dios nos habla con sutileza y al encontrarnos con nuestro prójimo, dejamos su corazón más leve, más feliz.

Nada de cruzar el Atlántico, aprender suajili o evangelizar musulmanes. No. Dios es más práctico y sencillo de lo que imaginamos.

Estamos aquí para que las personas que están cansadas continúen su viaje más leves, para que las personas tristes aprendan a ser felices y para que los que viven en oscuridad sepan que en Dios hay luz.

Aquí esta Felipe. El líder del hombre común que va al supermercado repartiendo la paz de Dios sin hacer ruido, sin viajar en avión y sin aprender técnicas de evangelismo.
Aquí está Felipe. Simple hombre común. Escuchó a Dios y dejó a un etíope continuar su viaje lleno de gozo después de haber encontrado a ése Dios.

Bienvenidos a la más grande aventura posible: Dios habla, nosotros obedecemos y el mundo se trasforma en un lugar más agradable para todos.

Un aplauso a la simplicidad de Dios.-

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